domingo, julio 10, 2005

TOKIO WEEKEND o Guadalupe Loaeza vs. Godzilla

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- O sea, si fuimos a todos esos templos y visitamos el museo de la Familia Real (!di-vi-no!) y todo eso. Es más, hicimos shoping en Osaka y nos subimos en el tren bala, pero lo mas sorprendente, lo que verdaderamente te deja en shock es ver el tamaño de eso. Digo, nosotras no estábamos en Tokio cuando ocurrió, pero la Lolis Mendizábal es hermana del embajador en Japón y nos consiguieron un helicóptero ¡solo para ir a verlo!

Yo no soy buena para tomar fotos, así que le dije a Alonsa que se llevara la Nikon porque quería tener fotografías de lo que estaba ocurriendo en Tokio, o sea, se que es feo y todo eso, pero también es un momento histórico y nosotras íbamos a estar ahí. Como dicen en la tele, íbamos a ser testigos vivientes y quien sabe si esas fotos podían servir a las nuevas generaciones.

Total, pasó un helicóptero al techo de nuestro hotel y nos subimos todas, excepto Lourdes Landeros, porque ya vez que ella se marea con cualquier cosa, además dijo que le dolía la cabeza y que mejor lo iba a ver por tele.

Esos helicópteros son sorprendentes, vuelan como balas. De hecho yo creía que ya íbamos tardísimo y que ya ni seriamos capaces de tomar fotos de nada, pero te juro que no tardamos ni diez minutos cuando ya estábamos volando sobre Tokio.

La Nena Saldaña fue la primera que lo vio. O sea...¡no, no, no!...¡es de shock! Sientes como si se te fuera el aliento. Es una cosa de cientos de metros de altura, bueno no se cuantos pero es mas grande que los edificios. Yo creo que a su lado seriamos como pulgas.

Abajo, la gente corría como loca, por todos lados, sin orden. Eran como ríos humanos. Digo, si yo estuviera allá abajo también correría. Imagínate que esa cosa te aplaste o tire un edificio sobre ti. ¡No, no, no!... es horrible solo de pensarlo. Pero bueno, el caso es que le dije a Alonsa que comenzara a tomar las fotos de la bestia esa y que no se preocupara por los rollos porque yo traía como ocho mas en la bolsa de la cámara (es que el “gordo” es súper -previsor y como estuvo en un curso de fotografía paisajista, siempre esta listo con muchos) y ya vez que Alonsa es muy buena para las fotos, - la mayor parte de las que aparecen en la revista del club son de ella -, así que logró tomar al monstruo ese derrumbando como tres edificios y el Palacio Imperial de Tokio y cuando entró al Shinjuko.


¡No, no, no...! O sea, si es espantoso y todo eso, y cuando piensas en todos esos niños que se van a quedar pobres o sin papás o las obras de arte que van a ser destruidas para siempre, ¡no se...no se...! incluso la Lolis, que estuvo en Nueva York el día en que se cayeron las torres dijo que esto nada que ver, otro mundo. Alonsa tomó como seis rollos de fotos. Ya no pudo tomar más porque el piloto del helicóptero (un japonecito bonito, fíjate, hasta eso) dijo que tenia ordenes de regresar y que no podía desobedecerlas.

Lolis se enojo mucho, porque ella también estaba con la idea de que lo que estábamos haciendo serviría para las revistas científicas que buscan datos para estudiar el comportamiento de estas cosas, pero ni modo, tuvimos que obedecer y el helicóptero nos regresó al hotel. Ya en la noche le hablamos al Güero Mendizábal y le agradecimos mucho el favor que nos hizo de prestarnos el helicóptero para ir a ver aquello.

Ya no nos toco, claro, pero Lourdes Landeros nos dijo que de habernos quedado un rato mas hubiéramos visto como de la boca del monstruo salía un como rayo que hizo como que pedazos la Torre de Tokio.

Al día siguiente no había otra cosa en la tele que no fuera noticias de lo de Tokio y todo eso... ¡Ay no, muy feo todo, muy feo... !Las calles ardiendo y las ruinas y mucha gente llorando. Estoy de acuerdo en que en ese momento éramos unas privilegiadas por haber presenciado desde el aire todo aquello, pero igual es un desastre, como el terremoto del ochenta y cinco o las explosiones en Guadalajara ¿no? y te sientes impotente por no poder hacer nada, ¿me entiendes?. Sin embargo la Lolis dijo, y bien dicho, que SI habíamos podido hacer algo: Tomar fotografías que le ayudarían a la ciencia para acabar con esa amenaza.

Bueno, total que Alonsa bajo al Lobby del Hotel para que le revelaran los rollos en esas tiendas de una hora y después se pasó a comer sola al Grand Salon. Me sentí mal de no acompañarla pero nadie estaba de ánimos para nada. Además yo ya estaba harta de Sushis (¡lo que hubiera dado por unas buenas enchiladas suizas del Samborns, Dios mío!) y preferí quedarme con las demás viendo televisión.

Alonsa llego dos horas después con las fotografías y ahí si que estábamos todas emocionadas. Le quedaron, - digo... te lo juro-, ni un profesional. O sea, se que fue un desastre y toda esa perdida de vidas humanas, pero dentro de todo eso, las fotos estaban para revista. “Nena”, le dije, “te vas a ganar el Pulitzer con esto”. Te juro que el monstruo de las fotos: ¡No, no… i-dén-ti-co! Daba tanto miedo como el que vimos desde el helicóptero.

La Lolis estaba súper-sorprendida. O sea, sabíamos que Alonsa era buena, pero no tanto, y como ella es la presidenta de la Comisión de Cultura en el Club, nos dijo que al llegar iba a presentar aquella colección en formato de exposición no solo en el club sino también en el museo de Arte Moderno. Le dijo que era una “Remedios Varo” de la fotografía y tu sabes que la Lolis, si de algo sabe, es de arte.

Después, y hasta yo me sentí mal, porque la verdad, aquello fue horrible y pobre gente la que paso por todo eso, pero nos comenzamos a reír porque alguien preguntó que si en alguna de aquellas fotos se le podía ver el pene a esa cosa.

No pudimos quedarnos en Japón más tiempo, por supuesto, así que nos devolvimos al día siguiente aquí a México. No pude comprar mucho, es mas, ni siquiera pude comprarme los libros de Feng Shui que quería, pero le traje al Gordo unos aparatos de fotografía japoneses para su Nikon, un kimono de geisha, pre-cio-so para Ruth y unos libros que de “mangas” para Rodolfo que ya vez que le encanta el Pokemón y esas cosas.

Lo malo fue para la Lolis, que se enteró de que su hermano había sido removido del puesto a los pocos días del suceso, por haber utilizado sus influencias para mandarnos el helicóptero. La Lolis estaba súper-indignada con Fox porque no contento con querer subir un 10% de IVA a los libros, no comprendía que aquello lo hubiéramos hecho con afán científico...y deja tú: Artístico.

Pero bueno, así somos de retrógrados en este país. O sea, es nuestra culpa porque no somos open mind. ¿Captas?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora si que me sorprenddiste de que se trata todo esto???

en fin la narración esta de no manches, tipo que super increíble, en verdad que te lo juro que me quede impactado...

ghalius

Alberto Calvo dijo...

O sea, neta, te juro, de verdad que jamás había leído un recuento de un ataque de Godzilla que capturase las facetas de emoción humana que encuentro aquí. Está di-vi-na la reseña de los hechos.

Saluditos.

Mauricio Angulo S. dijo...

En buena onda, o sea, Wow!

Gabriel Benítez Lozano dijo...

Gracias, chicos... Un dia de estos nos vemos en el Vips para tomarnos un cafesito y charlar de lo mal que esta ahora la politica y de la nueva línea de Armani.
Ah y las galletitas van por mi cuenta pero eso si: dieeet-eticas, eh? dieteeeticas...

Tio Joe dijo...

Genial el título... Y la foto ¿es obra tuya?

Roberto Iza Valdés dijo...
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