viernes, mayo 25, 2007

NUEVOS PODCAST EN CAPITAN QUASAR

Para los que no lo hayan notado, les anunciamos que ahora CAPITAN QUASAR también pueden encontrarlo en PODCAST. Ya saben, esos MP3 que se bajan o se escuchan directamente desde la página y donde pueden oír mi dulce voz comentándoles de un tema que a lo mejor realmente ni les interesa. En fin, a ver si con el tiempo voy mejorando o dándome cuenta de que la radio no es lo mió.

Por ahora pueden encontrar dos temas:

ENCICLOPEDIA DE LOS ENCUENTROS EXTRATERRESTRES
Comentarios sobre el libro mencionado arriba, por si eres de los fans del tema.

CINE FANTÁSTICO DE LOS 80´s – Primera Parte.
Comentarios también de un servidor sobre las películas que disfrutó en esa maravillosa década de la humanidad que fueron los 1980’s: Conan el Bárbaro, Verdugo de Dragones, El Cristal Encantado, etc…

Ah y una cosa más…si les gusta o no les gusta, déjenme comentarios, ¿no? Allá también hay un botón para eso.

Un saludo a todos ustedes ;)

miércoles, mayo 09, 2007

EL RETORNO DE LENI RIEFENSTAHL: 300

Los nazis tuvieron “El triunfo de la voluntad”.

Los norteamericanos tienen ahora “300”.

Acabo de regresar de ver la película titulada “300” del director Zack Snyder, inspirada en una novela gráfica de Frank Miller y producida por los estudios Warner y hasta este momento aún me encuentro sorprendido…

No me malentiendan. No estoy sorprendido por la belleza fotográfica de la película, por sus extraordinarias corografías de batalla o por el desplante de CGI en el estilo del filme. Nada de eso.

Estoy sorprendido porque en pleno siglo XXI y en una industria que se queja de estar plagada de judíos (discúlpenme si soné despectivo, pero después entenderán la ironía) surge una película que resulta un exultante apología a la ideología nazi, incluyendo a la retrograda pseudo-teoría del superhombre y que – no contentos con esto- es además de todo un descarado panfleto propagandístico a favor de la guerra contra medio oriente.

Sin embargo, y más que esto, me sorprende que la gente no lo pueda ver. Digo, en México se gastaron miles de hojas para quejarnos por como Mel Gibson trató la cultura maya, y una película que resulta tan obviamente enferma no merece el reproche de nadie. Los chavos no parecen tener la capacidad de discernir ya, ni de reflexionar sobre lo que están viendo, y en las calificaciones de un foro, la película merece la calificación de “Es Dios”.

300 narra en enfrentamiento de 300 bellos, fuertes, honorables, valerosos y patrióticos (¿?) espartanos contra los malvados, deformes, terribles, sanguinarios y crueles persas, creadores de un imperio del mal que poco a poco sojuzga al mundo. Los espartanos, desde chicos han sido entrenados para la guerra, en especial el rey Leónidas, un rey justo y firme, autosuficiente, sabio y un guerrero imbatible que es la figura mesiánica y redentora que esta dispuesta a sacrificarse con tal de que los espartanos continúen siendo una “nación libre”. No hay duda, los espartanos son una nación orgullosa. Sus mujeres, son también fieras cuando se les azuza y además, en palabras de la reina, “ellas si engendran hombres”.

El Rey, como un Bush cualquiera, pierde un poco los estribos y manda a volar a un pozo sin fondo a un emisario de los iraki… perdón, de los persas. Eso no es bueno para el negocio y con esa acción de poco seso Leonidas pone en el ojo de la diana a su reino. Nomás que realmente no es tan “su reino” porque un grupo de concejales, liderados por un joven y ambicioso senador se niegan a enviar soldados al matadero para defender “la democracia y la libertad”.

Pero eso sí. Leonidas no se anda por las ramas y consigue del reino a los mejores 300 superhombres (american self-made, of course) para irse a enfrentar a la amenaza oculta del eje del mal.

Y el eje del mal no es cualquier cosa. Guiados por el Dios – Emperador Jerjes, una especie de gigante brutal, pero con rasgos afeminados, el ejercito invasor, formado más por orcos deformes y malignos que por hombres se prepara a pasar por el enclave de Termópilas, para llevar su herética simiente a Esparta, reino bello, blanco y limpio, donde las mujeres parecen arrancadas de anuncios de fashion francés.

Solo que los malvados no cuentan con algo. Leonidas y sus 299 Kriptonianos estan a las puertas del estrecho de Termópilas para, con su sangre y su vida, ¡impedir la invasión!.

De ahí en adelante la película se transforma precisamente en lo que fue inspirada: en un comic. Cada espartano parece capaz de arrasar con 1,345 persas el solo, incluyan un terminator para cada grupo y al rato cuentan con una verdadera montaña de cadáveres que les servirán de barrera protectora.

Mientras va desarrollándose la película todos aquellos valores y habilidades que el Tercer Reich tanto apreciaba, son exaltados a niveles estratosféricos: la perfección del hombre, la sobrévivencia del más fuerte, el honor que confiere la guerra y la autoconfianza de quien se sabe superior son solamente algunos.

Nietzche hubiera gritado de placer.

Por si no nos queda claro de quienes son moral y físicamente superiores, la película nos lo recuerda con una comparación: los espartanos se encuentran con unos civiles griegos cerca de la batalla. Ellos también van preparados para pelear por su libertad, salvo que no cuentan con el elemento principal para enfrentarse a Jerjes: No son espartanos. Así es, los dioses les han negado la ventaja de nacer “bellos y arios” en una nación que entrena a sus hijos para la guerra. Los espartanos saben que ellos, frente a los monstruosos persas venidos del infierno, no tienen oportunidad.

No me voy a extender más en seguir describiendo este apoteósico espectáculo wagneriano. El que tenga ojos para ver, que vea, como decía alguien (que por cierto, seria alegremente despreciado por los perfectos espartanos), pero el mensaje que viene después es obvio. Los concejales se han dado cuenta que el senador (o lo que sea) es un vendido a Jerjes (extrañamente, el personaje para ser espartano es muy tonto, porque cargaba con él y para todos lados, las monedas con que el Dios- Emperador había comprado su lealtad. A lo mejor su papá si era espartano, pero su madre debió haber sido alguna tonta latina-americana, apta solo para ser sirvienta en aquel paraíso de perfección) y ha impedido que el pueblo envíe a su ejercito a pelear de una vez por todas por la libertad; que han traicionado a sus propios muchachos en el campo de batalla cuyo solo objetivo es defender la democracia y que seria buena idea invertir dinero ahora para conseguir más armamento y no sacar a sus chicos de Irak.

Pero es tarde. Leonidas, aquel rey justo e incomprendido que al principio fue tachado de loco porque había, por un pequeño errorcillo, despachado al otro mundo a los mensajeros de Jerjes y que no había encontrado en aquel ejercito las armas de destrucción masiva que tanto proclamaba, resulta que tiene razón: El eje del mal es una verdadera amenaza. Ahora, su cadáver frío pero orgulloso se encuentra tendido en el campo de batalla y solo un mensaje trasciende de su espíritu al pueblo que lo vio nacer: “Recuerden por que luchamos”.

Así es, (y siento que voy a llorar) lucharon no por el petróleo, no por reactivar una economía basada en la producción de armas, tampoco pelearon por abrir nuevos mercados para sus intereses en medio oriente, ni para controlar esa franja tan importante. No. Ellos pelearon por la libertad. ¿Captan?

Y ahora si. En un crecendo poderoso, vemos que Jerjes acaba de firmar su sentencia de muerte, porque en el lugar donde antes había solo 300 limpios, bellos, güeritos y valerosos americanos, ahora hay un ejercito de miles…¡que digo miles: MILLONES! de superhombres formados en una ola de perfección guerrera: ¡Hail, Leonidas!

Y después de ver esto me pregunto: ¿Qué no hemos aprendido nada? ¿Qué el holocausto nazi en Europa no les dejo a los productores de hollywood una enseñanza? ¿Para que sirve que año tras año nos bombardeen con películas sobre lo horrible e injusto que la pasaron los judíos en la Alemania nazi para que ahora incluso varios de ellos produzcan una película que ensalce la ideología que decidió marcarlos como seres inferiores? No importa si los espartanos eran así e intentaron ser reflejados lo más fielmente posible. Solo si se es ciego o tonto no se comprenderá lo que quiere dar a entender esta película que para miles de muchachitos en el mundo se transformará en una frase: ¡Uta, que chingón!... ¡300 es Dios!