martes, septiembre 29, 2009

CLICHÉS DE LAS TINIEBLAS: NOCTURNA de Hogan y Del Toro

En un mercado literario actualmente infestado por vampiritos románticos y adolecentes, Guillermo del Toro y su co-autor, Chuck Hogan prometían en NOCTURNA su novela de terror, un regreso a los vampiros de en serio: muertos vivientes que no tienen nada de tiernos y si de bestiales. Y siendo sinceros, la novela lo cumple pero…

Primero. Dejemos bien asentado que la novela es entretenida. No se sí Guillermo del Toro escribió parte del libro o el encargado de eso fue Hogan, pero lo cierto es que como blockbuster literario es efectivo. Sin embargo puede notarse a miles de kilómetros que lo que estamos leyendo es una trasposición a texto novelado de una película para televisión que aún no se ha realizado. Su esquema es totalmente ese y casi podemos ver los lugares donde se insertarán los anuncios comerciales. Casi podemos sentir que NOCTURNA es el primer DVD que viene en forma de libro.

Segundo. Si quisiéramos resumir esta novela – la primera parte de una trilogía – la realidad es que sería sumamente fácil. No es otra cosa que un CSI vs. Drácula.

La cosa va así: Un avión de pasajeros que desciende en el aeropuerto de Nueva York se vuelve un foco rojo al descubrirse que todos – o casi todos – sus pasajeros están muertos. Se presume que una especie de mortal virus contagió a la tripulación y a los viajeros matándolos en sus asientos. Ephraim Goodweather, encargado del equipo de crisis para situaciones biológicas es llamado para investigar el caso y se encuentra con una gran morgue improvisada en uno de los hangares del aeropuerto. Sin embargo hay una noticia: tres personas entre las que se cuenta un famoso cantante de rock, una abogada y un piloto aviador han sobrevivido y se convierten en uno de los puntos clave de la investigación.

La situación real es un enigma para Ephraim, pero no para un anciano, Abraham Setrakian quien reconoce en los síntomas de los cadáveres presentados por televisión la nefasta influencia de un monstruoso ser que ha perseguido por años. Setrakian lo enfrentó un campo de concentración nazi y conoce de lo que es capaz. Sabe a lo que ha venido.

Esa noche, Nueva York comenzará su descenso a los infiernos cuando un grupo de hambrientos vampiros comience a alimentarse en la ciudad y convertir a sus víctimas en nuevos soldados de un ejército de muertos vivientes imparables.

Como podemos ver la trama no es cosa del otro mundo y eso se va dejando sentir cada vez más profundamente mientras la historia avanza. Realmente poco o nada de lo que vamos a leer en esta historia es original y su desarrollo está infestado tanto de vampiros como de clichés televisivos.

El principio del libro no es otra cosa que la llegada de Drácula a Londres, solo que esta vez, se convierte en Nueva York. Hay hasta una escena donde vemos al vampiro cargar su ataúd. Los demás personajes es lo que nos esperábamos de la más clásica película de chupadores de sangre, con guiños y homenajes a otros personajes del fantástico.

Abraham Setrakian, el cazavampiros no es otro que Abraham Van Helsing, el némesis de Drácula. De hecho, la descripción de este calza totalmente con la del actor que lo encarnaba en las películas de la Hammer, Peter Cushing. El Reinfield de Drácula – su sirviente – es ahora un millonario norteamericano llamado Eldritch Palmer, en una clara alusión al personaje de Palmer Eldritch de la novela de Phil Dick, una especie de vampiro psíquico que se adueña de las realidades de sus víctimas a través de una droga. Los vampiros de la novela parecen ser primos de los vampiros presentados por Brian Lumley en su novela NECROSCOPIO y sus subsecuentes secuelas, parásitos que invaden el cuerpo humano y se desarrollan en el interior para acabar controlando los cuerpos muertos muy al estilo de LOS AMOS DE TITERES de Robert Heinlein. Hay momentos incluso en que su desarrollo nos recuerda tremendamente a los “cruciformes” de la novela HYPERION de Dan Simmons. El vampiro jefe no es otro que el NOSFERATU. Si pensábamos que la idea de un vampiro en un campo de concentración era al menos, algo original, pues bien, tampoco es así. No recuerdo ahora el titulo del cuento o la novela, pero ya se había manejado antes esto mismo. Finalmente el resultado final es algo que se puede comparar fácilmente con cualquiera de las miles de películas de muertos vivientes al estilo de George Romero y donde se puede notar un olor, por supuesto, a esa obra maestra de la literatura fantástica llamada SOY LEYENDA de Richard Mathson.

Por su parte, los personajes del lado del “bien” resultan totalmente planos, carentes de personalidad, unidimensionales y fabricados para el papel que deben desarrollar en la película: el científico-investigador, la compañera el científico-investigador, su amigo que morirá, su pequeño hijo y un divorcio que lo mantiene bajo presión la manera más Hollywoodesca posible.

La historia carga también con una falta de originalidad que solo se puede esperar de las producciones del Sci Fi Channel (que por cierto, las veo todas) y están presentes las situaciones más prefabricadas posibles. Tenemos montón de ejemplos: el anciano que sabe lo que está pasando logra llegar con Eprhaim y en lugar de comentarle de manera tranquila y sosegada lo que sabe, llega hablando de pactos sagrados antiguos y de hombres que no son humanos, sino abominaciones. ¡Deben detenerlo! grita mientras los policías se lo llevan por loco.

Hogan o del Toro deben odiar a los niños, porque si hay alguien con los que se ensañan en esta novela es con ellos y otro ejemplo de la “lógica increíble del cine” se da aquí: Un hombre que perdió a su hija en la masacre del avión y que vio su cuerpo en la morgue la encuentra pálida y de pie al poco tiempo y en la misma puerta de su casa. La niña respira con dificultad y parece estar en estado catatónico, pero el hombre decide no llevarla al hospital porque decide que “ya jamás podrán arrebatársela de su lado”. El pequeño detalle de haberla visto muerta no lo afecta en absoluto y ahora su adolorida mente de padre amoroso no le permite ver que, hay algo raro en una niña muerta que llega a pie desde quien sabe donde hasta su domicilio.

Con dos de los sobrevivientes del avión pasa algo similar. Son metidos en el hospital pero deciden que se encuentran bien y que no quieren permanecer más tiempo en el hospital, por lo que gracias a acciones legales, son regresados rápidamente a sus casas. Sonaría lógico que nadie que haya viajado en un avión infestado de muertos donde se presume hay un virus de alta peligrosidad puede salir de ningún hospital bajo ninguna influencia legal de nada, pero perece que en el fabuloso mundo de Hollywood si es posible. Además, dudo que gente que haya pasado por esta experiencia quiera regresar a su casa con sus familiares y gente querida cuando sabe que puede portar un virus mortal que arrasó con todo el aeroplano donde viajaba.

En fin, NOCTURNA está plagada de lugares comunes por este estilo, clichés básicos de las series televisivas y una historia que realmente no ofrece nada nuevo ni original. Tal vez sea el soporte de esta novela lo que es verdaderamente interesante. En internet podemos encontrar su sitio oficial que promociona el libro como si de una película se tratara, cosa que siento muy atractiva. Incluso hay cortos de algunas escenas que van a ser del gusto del público lector, porque se nos muestra a los vampiros y a los personajes de la historia.

Casi me arriesgaría a decir que la trama fue preparada para cine o televisión y que Del Toro decidió acabar convirtiéndola en un libro por alguna oscura razón que puede ir desde su trivialidad como película de horror hasta la idea de un experimento multimedia que a mi punto de vista ofrece nuevas posibilidades al mercado editorial.

No creo que se convierta en un hito para los verdaderos fans del horror, pero como ya dije, si son capaces– como yo – de aguantar una película de bajo presupuesto del Sci Fi Channel, pues este es su libro…

NOCTURNA EN LA RED: http://www.thestraintrilogy.com/

NOCTURNA
Guillermo Del Toro y Chuck Hogan
Ed. Suma de Letras, México, 2009