viernes, febrero 01, 2008

PAR DE ASES: EL PRISIONERO DE ZENDA de Anthony Hope

No se por qué, pero desde hace tiempo tenía ganas de leer EL PRISIONERO DE ZENDA, el clásico de aventuras románticas de Anthony Hope, que sirvió de inspiración para muchas novelas más e inspiró toda una serie de émulos tanto en papel como en celuloide.

Si uno lee la novela se da cuenta de inmediato del por qué de su éxito. Su estructura es la misma que la de los modernos Best-Sellers. Cuando EL PRISIONERO DE ZENDA apareció publicada en 1894, tuvo muchísimo éxito e inició una serie de “aventuras ruritanicas” novelas cuya trama acontecía en países europeos ficticios, con soberbios paisajes románticos, campos verdes, montañas azules y nevadas y fastuosos castillos germanizados que casi parecían arrancados de cuentos de los Hermanos Grimm. De hecho, EL CASTILLO DE CAGLIOSTRO, la aventura de Lupin III en la aventura filmada por Hayao Miyazaki, cae perfectamente en este tipo de tramas.

La historia no era precisamente lo que podemos llamar original, pero la misma situación hacia que la trama sonara terriblemente atractiva: El joven Rodolfo Rasendyll, un júnior frívolo pero simpático decide tomar unas pequeñas vacaciones en el reino de Ruritania, quien está a punto de coronar a quien será su nuevo rey. Por azares del destino, Rodolfo se encuentra con el hombre quien ha de ser coronado y nota con sorpresa que su parecido es asombroso: ambos son como dos gotas de agua. Lo que Rodolfo aún no sabe es que este providencial encuentro lo llevara a envolverse en una telaraña de intrigas, mentiras y sospechas, cuando el soberano caiga en manos de un grupo de asesinos comandados por su hermano, el Duque Negro, con el fin de impedir que llegue al trono. Rodolfo se ve pues, obligado a sustituir al rey en la coronación y delante de todo un pueblo, que siendo francos, no lo ve con buenos ojos.

Peleas de espada, escapes intrépidos, luchas sin cuartel y el romance de este falso rey con una verdadera princesa hacen de esta novela un clásico que guarda todos los ingredientes para ser llevada al cine y que de hecho ha sido llevada en múltiples ocasiones.

Mi interés por esta novela (que de hecho tiene una especie de segunda parte) se deriva de mi gusto por las novelas que cuentan con la temática del doble. Así, Robert Heinlein cuenta con ESTRELLA DOBLE, una aventura de ciencia ficción donde un hombre tiene que sustituir a un diplomático terrestres en un viaje a Marte. También esta el clásico de clásicos de la Space Opera, LOS REYES ESTELARES de Hamilton, donde un simple y sencillo ciudadano de la Tierra cambia de cuerpo con – ni más ni menos – el Gran Soberano Galáctico, en medio de una crisis de guerra de terribles proporciones que lo llevará a desprenderse de la mediocridad para salvar a la galaxia, y por supuesto, a una bella princesa espacial. Y por supuesto, esta EL PRINCIPE Y EL MENDIGO, el clásico de Mark Twain ( y anterior al mismo PRISIONERO DE ZENDA) donde un joven rey cambia su vida con la de un pobre niño mendigo en una aventura como solo puede ser contada por Samuel Clemens.

Si te gusta la acción y la aventura, corre por EL PRISIONERO DE ZENDA. Si eres capaz de aguantar algunos pasajes un poco cursis, de seguro la vas a disfrutar.

EL PRISIONERO DE ZENDA
de Anthony Hope
Editorial Andrés Bello

1 comentario:

Petrus Angelorum dijo...

La formula es más antigua. La usan los románticos, los dramaturgos de nuestro Siglo de Oro y también, innegable, los libros de caballerías que dan origen a ese género llamado ambiguamente novela.