INVASION CON CEREBRO: V The Miniseries

Antes de que los humanos viéramos al día 4 de Julio no ya solo como el día de la independencia de los Estados Unidos, sino como el día de la independencia del mundo entero, otro grupo de facinerosos extraterrestres intentaron invadirnos. No me refiero a los “pulposos” marcianos que atacaron Londres, no, eso ya quedó en el pasado. Me refiero a otro grupo de crueles invasores que por fuera parecían humanos, pero que por dentro de esa piel sintética, eran mucho más cercanos a los reptiles. Me refiero, por supuesto, a la invasión de los 80´s, a los extraterrestres de la serie V.

Conocida como LOS VISITANTES, V es la referencia directa del blockbuster de verano que fue ID4. Las gigantescas naves espaciales que se detuvieron sobre las ciudades más importantes del planeta, ya se habían detenido antes en esta serie que viéndolo fríamente, resulta ser mucho mejor que DIA DE LA INDEPENDENCIA, porque al contrario de esta, la serie de V tenia un cerebro tras de si.

Concebida como una miniserie, la historia aparece en las pantallas norteamericanas en 1983 y en ella se narra la llegada de unas gigantescas naves extraterrestres que se posicionan sobre varias ciudades del planeta, causando asombro, miedo y expectación. Sus tripulantes no son otros que seres idénticos a nosotros pero con el problema de que su mundo, falto de recursos, está agonizando. Su única esperanza es hacer una alianza con la Tierra y realizar un trueque amistoso de recursos por tecnología que repercuta en mutuo beneficio para ambos planetas. Los extraterrestres han llegado, pues, a tender una mano amiga a nuestro planeta.

Solo que claro, las cosas no son realmente lo que parecen. Donovan, un reportero estrella de la televisión logra colarse furtivamente a una nave de los visitantes y logra captar con su cámara de TV una escena inquietante: un visitante devorando vivo a un hamster. Y por si este apetito voraz fuera poco, resulta que ellos tampoco son en absoluto como nosotros. ¡Realmente son seres reptilescos disfrazados de humanos! Donvan se pregunta entonces que otras sorpresas tendrán por ahí reservadas los amigos from outer space, pero casi no tiene dudas de que todo es una trampa.

Y lo es. Infiltrándose en la sociedad humana los visitantes poco a poco comienzan a adueñarse de la política y el poder, y como siempre, muchos humanos ambiciosos los secundan. Dentro de poco, Estados Unidos (y ya ven, próximamente el mundo) cae bajo un estado fascista que se disfraza de benigno.

V es una serie inteligente, porque es realmente una revisitación al fenómeno del fascismo en todos los lugares donde se ha dado: desde la Alemania nazi, hasta los Estados Unidos del macahrtismo y se cuida de mirar todos los aspectos de ello: ni todos los extraterrestres son invasores malévolos (de hecho hay una resistencia interior) ni todos los humanos pelean por su mundo y su gente. En esta serie incluso los héroes toman decisiones estúpidas que cuestan vidas y son capaces de varias bajezas y crueldades para impedir la invasión. Apoyada en buenos efectos especiales (las escenas de las naves gigantescas siguen siendo impresionantes, no tanto como en ID4 pero bueno…), excelentes actuaciones y un buen guión, la miniserie de V dio entrada a su continuación V: THE FINAL BATTLE , otra miniserie proyectada en el 84, donde aparecen nuevos personajes (en especial uno, que le dio fama al actor Michael Ironside, como un mercenario especializado en terrorismo que da una mano a los rebeldes y a un joven Robert Englud - antes de interpretar a Freddy Kruger, el personaje que le daría mas fama – como un extraterrestre que apoyaba a la resistencia) y una especie de desenlace que daría pauta a una serie de televisión en regla, que la verdad nunca levanto índices de audiencia ya que solo manejaba la formula del “ataque terrorista de la semana”.

Aún así, las dos primeras miniseries son excelentes y pueden conseguirse en un paquete que contiene a ambas completas o en dos separadas. La primera cuenta con comentarios de los creadores que son bastante interesantes.

V es un clásico que no hay que dejar de ver.