Es 1921 y el director alemán Friedrich Wilhelm Murnau tiene un problema: La viuda, de Bram Stocker, autor de “Drácula”, le ha negado los derechos para llevar la novela a la pantalla. Pero eso no detendrá a Murnau. Basado en la historia pero cambiando el nombre de los personajes para evitarse problemas legales Marnau dirige NOSFERATU, un filme que inaugurará la corriente expresionista en el cine. Sin embargo, aún así la viuda de Stocker gana la demanda y obliga a que se destruyan las copias del filme.
Afortunadamente para el cine, no todas son destruidas y quedan algunas en Francia y en otros países europeos que reaparecen a la muerte de la señora Stoker.
Pero, ¿Por qué es Nosferatu una película de vampiros tan atractiva?
No escribiré yo mucho al respecto de estas películas, porque encontré un muy interesante artículo escrito por Iván Rincón Espriu, el cual me tomo la libertad de transcribir en este blog. Ese artículo lo explica todo sobre las tres películas. Pero me gustaría señalar que en lo personal, el personaje de Nosferatu lo siento más atractivo porque es realmente la esencia del vampiro. No es el “aristócrata” pálido con colmillos y vestidito de satín que recita poesías de los románticos mientras bebe tu sangre añorando ver un día más. Tampoco es la sexy y encapotada figura que domina a las chicas con su mirada mientras estas se desvisten. El nosferatu es realmente un muerto que esta a media camino entre humano, criatura y fantasma. Es otra cosa. Causa verdadero miedo porque no hay nada en él con lo que podamos identificarnos. No podemos apelar a ningún aspecto de su ser porque ya nada de él es como nosotros. El nosferatu tiene hambre y toda su inteligencia esta enfocada en ese objetivo: alimentarse.
Y por supuesto, nosotros somos su ganado.
El “nosferatu” es la esencia de lo corrupto, de lo podrido. Por eso a donde va, lo sigue la peste, la muerte y las ratas.
En lo particular, el nosferatu que más me gusta es el de la película de Warner Herzog: Nosferatu: fantasma de la noche. Klaus Kinsky ha hecho la mejor interpretación del personaje que he visto. Sin embargo, la figura más impactante es la que nos muestra Tobe Hopper en su versión para televisión de Salems Lot ( La hora del Vampiro) basada en la novela de Stephen King. Varlow. Regie Nalder como el conde Barlow es el límite de lo horrible. Sus ojos amarillos, los dientes largos y filosos como de rata, su cabeza calva y su piel azul forman la imagen más impactante de este personaje.
Bueno, por el momento no hay más que decir y los dejo con el siguiente articulo que es excelente.
Nosferatu, ochenta años después
por Iván Rincón Espríu
Considerada como una obra maestra del expresionismo alemán, Nosferatu, Eine Symphonie des Grauens (1922), de Friedrich Wilheim Murnau, no es la primera cinta sobre vampiros ni la primera adaptación al cine de la novela Drácula, de Bram Stoker, pero sí es la mejor en su género. Durante 80 años, esta película muda y en blanco y negro no ha sido superada estéticamente, a pesar del perfeccionamiento técnico del cine.
Desde la primera cinta sobre vampiros han pasado 106 años y se han filmado más de 700 películas, 50 de las cuales son anteriores a Nosferatu. Desde la primera adaptación de la novela al cine han pasado 80 años y más de 150 películas han sido inspiradas por el vampiro transilvano. Según The Guinness Books of Movie Facts and Feats, después de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle, Drácula es el personaje de ficción más filmado en la historia del cine.
La primera cinta sobre vampiros es Le Manoir du Diable (1896), de Georges Méliés, y la primera adaptación de la novela es Drakula (1922), de Károly Lajhthay, una cinta húngara hoy perdida, porque sus realizadores no adquirieron ningún derecho de autor y eso les valió que fueran destruidos los originales y todas las copias del filme.
Realizada el mismo año, Nosferatu, Eine Symphonie des Grauens (Nosferatu, una sinfonía de terror), de Murnau, es la segunda adaptación de la novela de Stoker. Murnau había realizado antes Der Januskopf (1920), libremente basada en El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, de Robert Louis Balfour Stevenson. Nosferatu, el vampiro, como fue titulada en español, también es una versión libre, con guión de Henrik Galeen, que antes había dirigido El Golem (1914), al lado de Wegener.
Para eludir el pago de derechos de autor, Murnau y Galeen cambiaron los topónimos y antropónimos, pero era evidente que la cinta se basaba en la novela de Stoker, por lo menos el bloque inicial, pues los cambios de título, época y argumento hacen de la segunda parte una historia muy otra. Aun así, la demanda de Florence Stoker, viuda del escritor, después de un juicio, provoca la bancarrota de los estudios cuando un juez dictamina la destrucción de los negativos y todas las copias del filme, algunas de las cuales habían sido vendidas al extranjero, afortunadamente.
En cuanto a los nombres de los personajes, por ejemplo, Graf Orlok sustituye a Drácula, y Waldemar Hutter a Jonathan Harker, y Ellen Hutter a Mina Murray, y Makler Knock a Renfield... Irónicamente, al morir Florence Stoker reaparecen algunas copias inglesas y francesas de la cinta, con estos nombres cambiados a su vez por los originales de la obra.
La ciudad europea de occidente a donde se desplaza el vampiro no es Londres, Inglaterra, como en la novela, sino Wismar, Alemania. Sin embargo, cuando el texto de la cinta es traducido al inglés, el nombre de Bremen sustituye al de Wismar y, por supuesto, las imágenes siguen mostrando a Wismar.
La época en que transcurre la historia original es contemporánea a la publicación de la novela (1897). La película, en cambio, traslada la historia a 1843 o 1838, según la versión de que se trate, alemana o inglesa. En el primer caso, el año corresponde a la epidemia que asotó a Wibsburg, y en el segundo a la peste que asoló a Bremen. En ambos casos, hay más de 50 años antes de la época en que transcurre la historia original y más de 80 con respecto al rodaje del filme.
Al cambiar de este modo las fechas, Murnau y Galeen asocian el arribo del vampiro transilvano al occidente europeo con la peste bubónica, algo que no vemos en la novela y es quizás el aporte más importante de la cinta y una de sus principales líneas argumentales. El cambio de título pretende lo mismo; Drácula significa hijo del dragón o del diablo; Nosferatu, en cambio, significa no-muerto o portador de la epidemia. Y otra diferencia que se orienta en el mismo sentido es la caracterización del vampiro; Drácula está inspirado en los retratos del Príncipe Vlad III, o Vlad Tepes, El Empalador, y en los hombres-lobo, según la tradición (Stoker lo describe incluso con vello en las palmas de las manos), mientras que Nosferatu parece más bien un roedor; uno ejerce poder sobre los lobos, y otro llega en un barco infestado de ratas. Recordemos que la peste bubónica es transmitida por los piojos de las ratas y que uno de los orígenes de la creencia popular en vampiros es precisamente la plaga que azotó a Europa en el siglo XVIII; el parásito chupa la sangre de la rata y luego la del humano.
La segunda parte de la cinta es muy diferente a la novela. En vez del repliegue o regreso-escapatoria del vampiro a su guarida, Nosferatu se queda en Alemania. Abraham Van Helsing y compañía persigue a Drácula utilizando a Mina como señuelo; de hecho, la novela hace aluciones machistas y misóginas, de principio a fin. Nosferatu, en cambio, es destruido por una mujer que no cuenta con nadie para ello. Con el sacrificio de Ellen (Greta Schröder), que lo mantiene despierto, Nosferatu muere fulminado por los primeros rayos de la luz del día. Aunque la exposición al sol tampoco sucede en la historia original, será el mismo método de destrucción utilizado en la primera cinta del ciclo Hammer, que dirige Terence Fisher, con Christopher Lee en el papel del vampiro transilvano, por cierto. En el caso de Nosferatu, la causa última de su muerte es el amor, en donde vemos el romanticismo con reminiscencias cristianas al que los cineastas alemanes de la época se debían.
Drácula no tiene reflejo ni sombra porque, según la tradición germánica, los vampiros no tienen alma; por eso tampoco hay espejos en todo su castillo. La sombra de Nosferatu, en cambio, es proyectada en las paredes, incluso a través del espejo, y tiene un singular protagonismo; es un elemento muy representativo del expresionismo alemán. Un ejemplo memorable es la escena en que la sombra del vampiro se cierne sobre Hutter, tendido en el suelo del castillo, o la secuencia en que sube por unas escaleras hacia la habitación de Ellen y alarga el brazo hacia la puerta, o la escena metafórica en que la sombra de una mano le arranca el corazón.
Cuando Nosferatu advierte que está amaneciendo y se levanta, después de haber succionado la sangre de Ellen, su imagen se refleja en el espejo de un armario, detrás suyo. Y aunque pueden hacerse muchas interpretaciones justificatorias, este hecho es quizás el único error notorio de la película.
En suma, el Nosferatu de Murnau es muy diferente al Drácula de Stoker, y más aún al vampiro que, a partir de 1931, popularizaría el cine de Hollywood con la referencia emblemática de Bela Lugosi como actor, Tod Browning como director y la Universal como productora; la elegancia del traje de etiqueta, la capa y el pelo engomado sigue contrastando con la sórdida austeridad del hábito monacal.
Uno de los grandes misterios de la cinta es la identidad del actor principal, Max Schreck. Según la leyenda, se trata del propio Murnau, y no existe un dato fehaciente que nos permita negarlo. Shadow of the vampire (2000), de E. Elias Merhige, sugiere que Max Schreck era un vampiro real. Con John Malkovich en el papel de Murnau y Willem Defoe en el de Nosferatu, La sombra del vampiro, como se llama también en español, no es una gran película, pero trata sobre un episodio interesante en la historia del cine: el rodaje del gran clásico de terror, entre fantasía, mito y realidad.
Además de las excelentes actuaciones, los méritos de Nosferatu residen en su inventiva visual, con recursos como el montaje intercalado para incluir escenas simultáneas, vagamente conectadas con la acción, pero de gran valor simbólico, y el uso de película en negativo para distinguir realidad de irrealidad (árboles blancos sobre fondos oscuros, por ejemplo), como en la escena de la entrada al país de los fantasmas, la tensión sicológica creada cuando los personajes, presas del miedo, se alejan del centro y se refugian a la orilla del cuadro, y la manipulación de la velocidad de la cámara para mostrar los poderes sobrenaturales del vampiro; toda una serie de trucajes vigentes hasta hoy en el cine de terror; méritos que se deben tanto a Murnau como a su director de fotografía, Fritz Arno Wagner, que sería también una pieza clave, nueve años después, en el rodaje de otro gran clásico del expresionismo alemán: M, el vampiro de Düsseldorf (1931), de Fritz Lang... el protagonista de esta cinta, por cierto, no es ningún vampiro, sino un asesino serial al que llamaron así.
Nosferatu, el vampiro fue rodada en decorados naturales, algo completamente inusual en la época, lo que obligó a un complejo trabajo de localización: aquí Eslovaquia, allí Silesia, más allá Lübeck, Wismar, Rostock...
Secuencias como la de Nosferatu acumulando ataúdes en el coche fúnebre y la procesión mortuoria, esas bellísimas y geniales escenas de la invasión de ratas, o la muerte del vampiro enamorado, llevándose la mano al corazón, permanecen en la mente de los afortunados que hemos disfrutado de esta obra de arte, una referencia obligada, tanto para el cine de terror en general como para el de vampiros en particular. No es por nada que sigue disfrutando de significativos homenajes, inspirando ciclos, bandas sonoras, como la de Jordi Savall, y publicaciones como la revista Nosferatu, de Donostia Kultura... En México, recientemente, un grupo de rock hizo su propia musicalización del clásico silente.
En 1978, Werner Herzog dirigió un remake, con Klaus Kinski en el papel del vampiro transilvano. Se trata de una remasterización cuyo mérito está en haber actualizado técnicamente al clásico de Murnau: del cine mudo y en blanco y negro al cine sonoro y en colores. Herzog era conocido hasta entonces por películas más bien extravagantes, como También los enanos comenzaron pequeños (1970), sobre una comuna de anarquistas enanos en Canarias, o El enigma de Gaspar Hauser (1974), basada en la historia real de un personaje del siglo XVIII encerrado en un sótano desde que nace, o Corazón de cristal (1976), cuyos actores estaban hipnotizados.
Herzog abandonó toda influencia del cine anterior de vampiros (las películas de la Universal, de la Hammer y las producciones menores) para tomar únicamente como referencia al Nosferatu de Murnau y al Drácula de Stoker. De hecho, así como el escritor se refiere a los nosferatu en su novela un par de veces, y dice que esta palabra era utilizada en Europa oriental, del mismo modo que el término zombie en las Antillas, Herzog arregla cuentas con el pasado, en cuanto al estigma del plagio, utilizando también el nombre de Drácula para referirse a Nosferatu.
La estructura narrativa de esta cinta es prácticamente la misma que la del filme clásico; la primera mitad se basa en un doble desplazamiento, el de Jonathan Harker, desde la ciudad hasta los dominios del conde, y su inverso, el del conde, desde sus dominios hasta la ciudad, un viaje con el que lleva la peste bubónica y la muerte. Así como la cinta de Murnau responde a la tradición del romanticismo con reminiscencias cristianas y al expresionismo alemán, en el remake de Herzog encontramos un sacrificio por amor que salva al mundo del mal y lo redime. La escena de la muerte de Nosferatu está prácticamente calcada de la versión anterior, aunque hay una diferencia importante: Ellen (Isabelle Adjani) no pierde la vida en su sacrificio, ni el cadáver del vampiro se desvanece. Y hay otras discrepancias; el final de la cinta de Herzog lleva hasta sus últimas consecuencias el delirio de Harker al convertirlo en el heredero del conde transilvano, cuando consuma su conversión al vampirismo para continuar con la tarea de socavar a la sociedad. De la novela de Stoker, el guión toma la división de la acción a través de testimonios escritos, como el diario de Harker, el cuaderno del capitán, el libro que previene contra los vampiros. Sin embargo, la personalidad del doctor Van Helsing es muy diferente a la que nos presenta la obra del escritor irlandés; aquí es más bien un médico afable que, al principio, se muestra escéptico ante el fenómeno vampírico y, al final, se convence, pero cuando intenta rematar a Nosferatu es detenido por la policía... algo insólito, aunque ya aparecía en Dracula's daughter (1936), de Lambert Hillyer, en la que Van Helsing es aprehendido por Scotland Yard después de clavar una estaca en el pecho de Drácula, "un aristócrata extranjero residente en Inglaterra".
Quizás el mejor momento de la película sea la secuencia del viaje de Harker al castillo de Orlok, en medio de un paisaje majestuoso, ambientado en la banda sonora por el grupo Popol Vuh y los compases iniciales de Das Rheingold, de Wagner, que anuncian la irrupción de lo sobrenatural. Hay que destacar también las alucinantes escenas en que los sobrevivientes de la epidemia celebran grotescos banquetes entre féretros y miles de ratas, mientras la peste asuela a la ciudad, lo que provoca una profunda sensación de pesadilla dantesca.
En general, los realizadores de Nosferatu en los setenta superaron sus propias espectativas, y esta cinta es hoy una rareza en la filmografía de Drácula. Aunque moderado, su éxito motivó el rodaje de una especie de "secuela", ocho años después: Nosferatu a Venezia (1986), escrita y dirigida por un italiano conocido en su casa como Augusto Caminito, con Klaus Kinski otra vez en el papel del vampiro transilvano. Nosferatu, príncipe de las tinieblas, según el nombre de la cinta en español, es un pequeño bodrio, con algo de experimental y erótico, que no merece otro comentario. La música es de Vangelis, en parte.
A pesar de la "secuela", el nombre de Nosferatu sigue gozando del prestigio que ha perdido el de Drácula, por su utilización oportunista y mediocre, que terminó prostituyéndolo...
Los nosferatu son ahora una de las principales especies de vampiros en el juego de roles Vampiro. La Mascarada; son parte de "la camarilla", seres sin alma, dementes y deformes, que habitan inframundos, una especie de vampiros de alcantarilla; si uno de ellos no lo sabe, puede que ni siquiera exista.
¿Donde conseguir Nosferatu?
Nosferatu, Eine Symphonie des Grauens (1922), de Friedrich Wilheim Murnau
DVD Varias Regiones
Esta película es muy fácil de conseguir en casi cualquier tienda de DVD. Como los derechos ya son libres, se puede conseguir de distintos precios que van desde los $68.00 hasta casi $500.00 y editado por diferentes compañías. La versión que vale mucho la pena, aunque sea tan cara es la de Kino Video, pues la película esta restaurada digitalmente y tiene una claridad de imagen que sorprende.
Se puede conseguir en Mix Up y Mr. CD
Nosferatu Phantom der Natch (1979) de Warner Herzog
Anchor Bay DVD Region 1
Esta versión incluye dos DVD uno hablado en alemán y otro en inglés. Incluye también un documental de la película y cortos originales.
La sombra del vampiro (2000) de F. Elias Merhige
NuVision DVD Region 4
La película la encontre yo a $69.00 pesos en la librería Gandhi de Guadalajara. Ignoro si este al mismo precio pero es fácil de encontrar en cualquier otro negocio de venta de dvd.
Salem´s Lot (1979) de Tobe Hopper
Warner Studios DVD
Hay que tener cuidado con esta película porque existen dos versiones. La original, que fue hecha para televisión y dura 186 minutos y la que cortaron para presentarse en cine que tiene 2 horas y 20 minutos menos. El DVD lo puedes encontrar en Mix Up a un precio aproximado de $180.00 pesos, pero hay que fijarse bien cual versión es.