viernes, noviembre 20, 2009

EL CODIGO BEST-SELLER: El Síbolo Perdido de Dan Brown

Ser escritor de Best-Sellers no debe ser cosa fácil. Despedazado por la crítica literaria por un lado y obligado a que tu siguiente novela sea tan exitosa como la que te llevó a la fama, la mezcla resulta un coctel de esos que no debe dejarte dormir muy bien por las noches. Y es que todos criticamos al fenómeno del Best-Seller, pero es el que permite que otras escritores, “que-si-son-literarios” sigan publicando. ¿Por qué? Porque el éxito comercial de estas obras son las que mantienen a flote a una editorial y le permiten seguir publicando otro tipo de libros.

Primero definamos que consideramos como Best-Seller. Por ejemplo, a nadie en su sano juicio artístico se le ocurría tachar de autor “bestsellero” a, digamos, Milan Kundera. Pero la verdad es que si lo es, al menos en lo referente a lo que best-seller significa en español: lo más vendido.

Pero no, nosotros consideraremos aquí al Best-Seller como aquellas obras de ficción popular que venden millones de libros en casi todo el mundo, se mantienen semanas en las listas de lo más vendido del New York Times o el Washington Post, y cuyos autores frecuentemente son adaptados al cine, como Stephen King, John Le Carré, Ken Follet, J.K. Rowling, Stephenie Meyer, Irving Wallace o el rey midas de la industria editorial, John Grisham.

Por lo general, estos autores son despreciados. Ningún crítico literario que se precie de ser “realmente literario” consideraría que esta literatura valga para nada más que para entretener a la masa. El escritor del Best-Seller tiene entonces el status artístico de un productor o director de cine cuyos filmes son Block-Busters y cuyas películas, también para la masa y cuyo arte no va más allá de una producción realmente fastuosa, pero con fines meramente comerciales.

Así es. El escritor de Best-Seller es considerado pues, un tipo que escribe literatura capaz de ser – básicamente - comercial. Y bueno, siendo sinceros, es cierto.

Dan Brown pertenece a este grupo y por sus libros ha ganado mucho dinero. El Codigo Da Vinci, el libro que lo popularizo, es también quien lo catapulto a una fama de la que por el momento, no podrá escapar. Sin embargo, ya son notorios los estertores de su muerte. ¿A que nos referimos?
Bueno, los autores de Best-Sellers, si no logran un nivel de calidad e interés suficiente para el público, que por lo general siempre tras la novedad, van desapareciendo. ¿Dónde quedaron Irving Wallace y A.J. Cronin? Ya fuera de Estados Unidos son raramente reeditados estos escritores que en su momento vendieron también millones de ejemplares, y seguro algo como EL PREMIO NOBEL (de Irving Wallace) un melodrama ramplón y patriotero, pero eso sí, lleno de sexo y de mórbidas escenas sobre lo que pasa detrás bambalinas del Nobel, no pasará a la posteridad. Por lo general, el escritor de Best-Seller sigue una fórmula que le da resultado. Irving Wallace, por ejemplo, gustaba de sazonar todas sus novelas con sexo explicito y de manejar temas tabús en la sociedad norteamericana.

El problema con Dan Brown es que su formula fue de un momento y va claramente de picada.
Su último libro EL SÍMBOLO PERDIDO trae de regreso al unidimensional Profesor en Simbología, Robert Langdon, para desentramar un nuevo misterio en relación a otro código, esta vez, de los masones. Sin embargo, su público ya no ve con buenos ojos el uso de la formulita que tanta fama le dio con ANGELES Y DEMONIOS y EL CODIGO DA VINCI: Robert Langdon tiene el tiempo contado para descubrir que hay detrás de una intriga que incluye asesinatos, sociedades secretas, “sabiduría ancestral” y símbolos que de una y otra forma han ayudado a cimentar nuestras instituciones actuales. El primer libro, Ángeles y Demonios, atenta – digámosle así - contra la institución vaticana en particular; la segunda, El Código Da Vinci, contra la figura religiosa de Jesucristo y María Magdalena (y por lo tanto, en las creencias fundamentales de varias iglesias) y esta tercera, “descubre” que la creación de Estados Unidos está fundamentada en las creencias esotéricas de los masones.


Lo que hace el escritor de Best-Sellers es acercar esos temas – candentes, interesantes, sorprendentes o tabú – a la persona de “a pie”, de una forma atractiva (la ficción) y fácil de entender (la divulgación de los tópicos del tema en sí). Por ejemplo, la formula de Michael Crichton (PARQUE JURASICO) consistía en investigar los temas más controvertidos o fantásticos de la ciencia y estructurar una ficción sobre ellos. Su punto clave era no alejarse demasiado de nuestra actualidad para ofrecer a la obra un aura de “posibilidad verosímil” a sus planteamientos. Por otro lado, la formula de Arthur Hailey (HOTEL, AEROPUERTO) era la de investigar a fondo como funcionaban las cosas en cierta industria o lugar – desde el trabajador más sencillo, hasta el directivo más alto – y sazonar toda esa información, muchas veces sorprendente, con un melodrama intenso con muchas cosas en juego.

El lector de Best-Seller se alimenta de toda esa información que despierta la curiosidad, la sorpresa y muchas veces, el morbo. En esta nueva novela de Dan Brown seguimos pues el mismo camino de las anteriores, para ver como el personaje principal va corriendo de punto a punto de Washington para descifrar un código y de esa manera salvar de la muerte a un amigo y maestro de él – masón por supuesto – que ha sido secuestrado.

No falta en esta novela el malo clásico, la pareja femenina de Langdon en turno (esta vez es una mujer de casi 50 años, tal vez con alguien ya en mente para la versión cinematográfica), los policías (esta vez la CIA y también con una mujer como jefe) que dificultara y pondrá más trabas a la misión de Langdon, los aliados que parece que lo son pero no son ( o si son, pero esta vez fueron coaccionados) y los personajes con la M de muerte en la frente, escritos únicamente para ser matados.

Por supuesto, también está el atractivo, las clases de simbología masónica que capitulo tras capitulo nos van revelando cosas que no sabíamos sobre Estados Unidos y que nos descubren una especie de “otra realidad” detrás de la realidad que vivimos comúnmente y la popularización de algo que Brown dice se llama “Ciencia Noética” que ciertamente no es más que una mezcla inmisericorde de creencias New Age (de las que aparecen en libros como EL SECRETO y LOS MENSAJES SECRETOS DEL AGUA) que se supone están respaldadas por trabajos verdaderamente científicos y que cambiaran la percepción del mundo porque demuestran la existencia del alma y del poder de la mente para cambiar la realidad.

A final de cuentas, Brown no cumple con nada. La ciencia noética se adivina puras jaladas y realmente es muy poco y muy vago lo que expone sobre ella. Los personajes hacen estupideces para que el guión sigua funcionando (por ejemplo, siempre caen en la misma trampa), Langdon se la pasa diciendo que todo es un mito, o es imposible, para después descubrir que si es posible o que no era un mito y volver a lo mismo en la siguiente fase de la búsqueda.

El libro es fácil de leer porque está escrito en pequeños capítulos que también guardan su fórmula: dejar el descubrimiento o la situación en suspenso. Hace trampa en muchas ocasiones para intentar desviar la atención del lector de suposiciones que son ciertas (y que tienen que ver con la sorpresa final de tal o cual personaje) para que diga: ¡Ah, este tipo no puede ser el asesino por tal razón...” Y resulta que si, si era.

EL SIMBOLO PERDIDO representó para muchos de los fans de Brown una verdadera desilusión porque ya están acostumbrados a su esquema y no han encontrado nada nuevo ni digno de rescate en esta novela. En Amazon, por ejemplo, hay casi 800 críticas negativas contra unas 600 positivas, sin incluir a 345 más que la califican en la mediania. Aquí en México, es notorio que no representó el éxito de ventas que se esperaba.

Se adivina que Brown no estará de plácemes. Esta edición ha sido una de las más caras de la historia (con un tiraje de cinco millones de copias) y su precio ya ha bajado en Amazon.com de 29.95 a 12.25 en su edición de tapa dura. Si a eso le aunamos que sus anteriores novelas DIGITAL FORTRESS y DECEPTION POINT tampoco fueron tan trascendentes más allá de su país de origen, las cosas pintan mal para el futuro de Langdon cuya última aventura – que se adivina con motivos puramente comerciales – no fue pero ni por asomo, lo que se esperaba.

Sinopsis:
EL SÍMBOLO PERDIDO ES UNA CARRERA MORTAL A TRAVÉS DE UN LABERINTO DE CÓDIGOS Y VERDADES OCULTAS QUE SE DESARROLLA BAJO LA VIGILANTE MIRADA DEL VILLANO MAS TERRORÍFICO HASTA AHORA CREADO POR DAN BROWN. UNA TRAMA QUE TRANSCURRE ACELERADAMENTE ENTRE PASADIZOS SECRETOS, TÚNELES Y TEMPLOS DE WASHINGTON, D.C. EL PROFESOR LANGDON ES CONVOCADO PARA DAR UNA CONFERENCIA EN EL CAPITOLIO, INVITADO POR SU QUERIDO AMIGO Y MENTOR, PETER SOLOMON, UN MASON DE ALTO RANGO. POCO TIEMPO DESPUÉS DE SU LLEGADA, LA NOCHE TOMA UN EXTRAÑO CAMINO CUANDO DESCUBRE EN EL EDIFICIO LA MANO CERCENADA DE SOLOMON, TATUADA CON CINCO SÍMBOLOS ANTIGUOS. LANGDON RECONOCE EL SECRETO DETRÁS DEL PERTURBADOR HALLAZGO... UNA ANTIGUA INVITACIÓN DESTINADA A CONDUCIR A QUIEN LA RECIBE AL LEJANO MUNDO PERDIDO DE LA SABIDURÍA ESOTÉRICA.