Aquél hombre era todo atracción. Podía notarse a kilómetros. Su cautivante mirada, su seductora y traviesa sonrisa podían sin dificultar derretir el corazón de cualquier mujer que lograra atravesarse en su camino. Su porte varonil, su un refinado gusto en el vestir y la naturalidad con que aceptaba toda aquella aura de encanto lo identificaban como un verdadero hombre de mundo, alguien con quien seria imposible no tener siquiera una pequeña fantasía.
Era notorio que no era un novato en eso de los vuelos en avión. Entró en el aparato de la British Airway con la confianza de quien ha llegado a casa y se dirigió, sin chistar, a su asiento. Ni siquiera necesito ver los números para guiarse.
De cualquier forma, no perdió detalle de las explicaciones de seguridad que impartieron las azafatas antes de despegar.
Una encantadora sonrisa de satisfacción se delineó en su rostro cuando el avión tomó altura.
2.
La rubia azafata, de cuerpo torneado y curvas generosas se colocó exactamente a su lado.
Él no la notó de inmediato. Tenía delante de si una lap top abierta y se entretenía en teclear algo en la pantalla del computador que no resultaba visible de lado.
Ella decidió abrir camino primero.
- ¿Algo de tomar? - preguntó con amabilidad. El hombre reaccionó a aquella voz con leve sorpresa, pero después de fijar sus ojos aquella azafata, le devolvió como respuesta una sonrisa.
- Perdone, estaba distraído, ¿Me decía?- declaró él.
- No, discúlpeme a mí. No pretendí molestarlo.- sonrió ella con cierto dejo de coquetería.
- Una chica tan encantadora como usted difícilmente podría molestar a alguien. Al menos no a mi.
Ella intentó ocultar un leve rubor.
- Pensé que podría apetecerle tomar algo.-
- Pensó muy bien.-
-¿Tal vez un martini?-
-Vaya, ¿Es usted telépata? Ha leído mi mente
- Estamos muy bien entrenadas... En todo. -
Esa ultima frase, la azafata casi la subrayó.
- Eso es...perfecto.
- Muy bien, le traeré su martini en un instante. ¿Lo prefiere...?
- Agitado, no mezclado.
- Mi especialidad -. declaró ella y con complicidad le guiñó un ojo.
No tardó más de un minuto en estar de nuevo frente a él con un pequeño carro de bebidas y un martini recién preparado. Se lo entregó.
- ¡ Exquisito! Ni mi madre podría prepararlos mejor.
Ambos rieron ante la ocurrencia. La chica señaló hacia la computadora.
-Creo que será mejor que lo deje trabajando. El capitán acaba de señalarnos que pronto entraremos a una zona de turbulencia y ya ahí no podrá seguir escribiendo.
- Usted me ha caído bien. Permítame confiarle un pequeño secreto.- dijo él y le hizo una señal con la mano pidiendo que se acercara. Ella lo hizo.
- Se que nos acercamos a una zona de turbulencia.- confesó. - ¿y sabe por que lo se?
Ella negó con la cabeza.
- Sencillo. Porque yo cree esa turbulencia.
El hombre sonrió de una forma que ya no pareció tan encantadora.
- Mi maquina,- continuó - esta conectada a una red de satélites que pueden controlar el clima gracias a la magia de las microondas. Puedo controlar el clima en Pekín, en Ciudad de México, en Roma...o aquí.
Y diciendo esto, apretó una tecla de su computador. La azafata lo notó, algo comenzó a cambiar afuera de la nave, era gradual, pero también era rápido. El avión fue sorprendido por un bandazo de aire que puso un poco nerviosa a toda la tripulación. La azafata palideció.
- No es broma -. dijo ella con todo el horror de la comprensión reflejado en su cara.
- Chica lista. Efectivamente. No lo es. Y ahora quiero comunicarle lo que va usted a hacer. Se va a levantar conmigo y me va a llevar a la cabina de su capitán con tanta tranquilidad que no levantará ninguna sospecha. Si no lo hace, tengo un dispositivo manual en este reloj que transformará este paseo por las nubes en una verdadera montaña rusa. Una montaña rusa mortal, por supuesto.
- Pero usted también morirá.
- Así es. Pero nadie vive para siempre ¿Verdad?
- Esta loco.
- Creo que ya va entendiendo. - dijo entonces con otra de sus sonrisas encantadoras.- No pierda más el tiempo, madame. ¿Vamos?
El hombre se levantó del asiento a una prudente distancia de la azafata, no sin dejarle ver que tenia una de sus manos muy cerca del reloj activador. Ella no perdió el aplomo y ocultó cualquier sentimiento con una sonrisa. Paso al lado de dos de sus compañeras que nada parecieron notar. Y entonces llegó a la puerta que daba acceso a la cabina.
-Llame al capitán.- ordenó el hombre. Ella se acercó al teléfono intercomunicador que tenia cerca de sus manos y entonces...
Con la rapidez de una centella usó el teléfono como una bolea. El aparato golpeó duramente el cráneo del hombre y lo hizo tambalear. De una fuerte patada la azafata hizo que la mano cercana al reloj se alejara y brincando como tigre se aferró al brazo donde el hombre tenia el dispositivo. Este intentó defenderse, sujetarla por detrás, pero ella le dio con su codo tres fuertes golpes en el estomago, el esófago y la nariz. Le arrancó el reloj de un tirón y de un salto se separo de él. De abajo de su falda sacó una pistola.
- Si se mueve, lo mato- dijo ella. La furia en su cara no dejaba lugar a dudas.
3.
Cuatro elementos de la policía de París sujetaron al hombre acompañados de un gran despliegue de seguridad. Afuera, en la noche francesa, titilaban las luces rojas y azules de las patrullas. El antes elegante seductor se disponía ahora a dejar el bien resguardado avión de la British Airway como un hombre acabado. Una sonrisa continuaba acompañándolo, pero era una sonrisa triste.
Antes de salir del avión, volvió a toparse con ella. Estaba sentada, resguardada por otros dos policías, casi en la puerta de salida.
- Veo que realmente ustedes están entrenadas para todo.- dijo- Felicidades. Sin embargo, no me gustaría irme de aquí sin conocer el nombre de la bella chica que me capturó.
La azafata lo miró de arriba a abajo y entonces poniéndose de pie, se arrancó en un rápido movimiento una bien colocada peluca rubia, mientras que con el dorso de su mano se despintaba de un solo tajo todo el color de su lápiz labial.
Y con una profunda voz masculina, señalo:
- Mi nombre es Bond... James Bond.
Era notorio que no era un novato en eso de los vuelos en avión. Entró en el aparato de la British Airway con la confianza de quien ha llegado a casa y se dirigió, sin chistar, a su asiento. Ni siquiera necesito ver los números para guiarse.
De cualquier forma, no perdió detalle de las explicaciones de seguridad que impartieron las azafatas antes de despegar.
Una encantadora sonrisa de satisfacción se delineó en su rostro cuando el avión tomó altura.
2.
La rubia azafata, de cuerpo torneado y curvas generosas se colocó exactamente a su lado.
Él no la notó de inmediato. Tenía delante de si una lap top abierta y se entretenía en teclear algo en la pantalla del computador que no resultaba visible de lado.
Ella decidió abrir camino primero.
- ¿Algo de tomar? - preguntó con amabilidad. El hombre reaccionó a aquella voz con leve sorpresa, pero después de fijar sus ojos aquella azafata, le devolvió como respuesta una sonrisa.
- Perdone, estaba distraído, ¿Me decía?- declaró él.
- No, discúlpeme a mí. No pretendí molestarlo.- sonrió ella con cierto dejo de coquetería.
- Una chica tan encantadora como usted difícilmente podría molestar a alguien. Al menos no a mi.
Ella intentó ocultar un leve rubor.
- Pensé que podría apetecerle tomar algo.-
- Pensó muy bien.-
-¿Tal vez un martini?-
-Vaya, ¿Es usted telépata? Ha leído mi mente
- Estamos muy bien entrenadas... En todo. -
Esa ultima frase, la azafata casi la subrayó.
- Eso es...perfecto.
- Muy bien, le traeré su martini en un instante. ¿Lo prefiere...?
- Agitado, no mezclado.
- Mi especialidad -. declaró ella y con complicidad le guiñó un ojo.
No tardó más de un minuto en estar de nuevo frente a él con un pequeño carro de bebidas y un martini recién preparado. Se lo entregó.
- ¡ Exquisito! Ni mi madre podría prepararlos mejor.
Ambos rieron ante la ocurrencia. La chica señaló hacia la computadora.
-Creo que será mejor que lo deje trabajando. El capitán acaba de señalarnos que pronto entraremos a una zona de turbulencia y ya ahí no podrá seguir escribiendo.
- Usted me ha caído bien. Permítame confiarle un pequeño secreto.- dijo él y le hizo una señal con la mano pidiendo que se acercara. Ella lo hizo.
- Se que nos acercamos a una zona de turbulencia.- confesó. - ¿y sabe por que lo se?
Ella negó con la cabeza.
- Sencillo. Porque yo cree esa turbulencia.
El hombre sonrió de una forma que ya no pareció tan encantadora.
- Mi maquina,- continuó - esta conectada a una red de satélites que pueden controlar el clima gracias a la magia de las microondas. Puedo controlar el clima en Pekín, en Ciudad de México, en Roma...o aquí.
Y diciendo esto, apretó una tecla de su computador. La azafata lo notó, algo comenzó a cambiar afuera de la nave, era gradual, pero también era rápido. El avión fue sorprendido por un bandazo de aire que puso un poco nerviosa a toda la tripulación. La azafata palideció.
- No es broma -. dijo ella con todo el horror de la comprensión reflejado en su cara.
- Chica lista. Efectivamente. No lo es. Y ahora quiero comunicarle lo que va usted a hacer. Se va a levantar conmigo y me va a llevar a la cabina de su capitán con tanta tranquilidad que no levantará ninguna sospecha. Si no lo hace, tengo un dispositivo manual en este reloj que transformará este paseo por las nubes en una verdadera montaña rusa. Una montaña rusa mortal, por supuesto.
- Pero usted también morirá.
- Así es. Pero nadie vive para siempre ¿Verdad?
- Esta loco.
- Creo que ya va entendiendo. - dijo entonces con otra de sus sonrisas encantadoras.- No pierda más el tiempo, madame. ¿Vamos?
El hombre se levantó del asiento a una prudente distancia de la azafata, no sin dejarle ver que tenia una de sus manos muy cerca del reloj activador. Ella no perdió el aplomo y ocultó cualquier sentimiento con una sonrisa. Paso al lado de dos de sus compañeras que nada parecieron notar. Y entonces llegó a la puerta que daba acceso a la cabina.
-Llame al capitán.- ordenó el hombre. Ella se acercó al teléfono intercomunicador que tenia cerca de sus manos y entonces...
Con la rapidez de una centella usó el teléfono como una bolea. El aparato golpeó duramente el cráneo del hombre y lo hizo tambalear. De una fuerte patada la azafata hizo que la mano cercana al reloj se alejara y brincando como tigre se aferró al brazo donde el hombre tenia el dispositivo. Este intentó defenderse, sujetarla por detrás, pero ella le dio con su codo tres fuertes golpes en el estomago, el esófago y la nariz. Le arrancó el reloj de un tirón y de un salto se separo de él. De abajo de su falda sacó una pistola.
- Si se mueve, lo mato- dijo ella. La furia en su cara no dejaba lugar a dudas.
3.
Cuatro elementos de la policía de París sujetaron al hombre acompañados de un gran despliegue de seguridad. Afuera, en la noche francesa, titilaban las luces rojas y azules de las patrullas. El antes elegante seductor se disponía ahora a dejar el bien resguardado avión de la British Airway como un hombre acabado. Una sonrisa continuaba acompañándolo, pero era una sonrisa triste.
Antes de salir del avión, volvió a toparse con ella. Estaba sentada, resguardada por otros dos policías, casi en la puerta de salida.
- Veo que realmente ustedes están entrenadas para todo.- dijo- Felicidades. Sin embargo, no me gustaría irme de aquí sin conocer el nombre de la bella chica que me capturó.
La azafata lo miró de arriba a abajo y entonces poniéndose de pie, se arrancó en un rápido movimiento una bien colocada peluca rubia, mientras que con el dorso de su mano se despintaba de un solo tajo todo el color de su lápiz labial.
Y con una profunda voz masculina, señalo:
- Mi nombre es Bond... James Bond.
7 comentarios:
Cámate Shyamalan! Menos mal que no te gustan las historias que tratan de "sorprendernos" con finales creativos... Tu escrito fue un cliché de principio a fin, con un final MUY predecible. Pero bueno, se te perdona, vas comenzando en todo esto...
...obvio, quise decir "Cálmate Shyamalan"...
Ay si, muy predecible. Jaajajaja. que no te arda, mi estimado anonimo...por supuesto que te sorprendi. Y el cliché, ¡Pues claro que es cliché! Es JAMES BOND,¿que querias? Que lo retratara desde el punto de vista Freudiano o que?
Oye! y no tiene música, estaba seguro de estar escuchandola cuando lo lei :D
ah, lo que pasa es que tengo una estación de radio de los 80s muy buena en mi blog :) ¿no habras estado escuchando eso?
Un saludo!
profesor aqui le paso mi blog www.virusname.blogspot.com, ya estaba pero no se lo habia dado perdon.
Receta para una pelicula de James Bond en 12 sencillos pasos:
1.Persecucion
2.Creditos iniciales con cancion en la cuyl se repite el nombre de la pelicula varias veces.
3.Bond llega a la oficina de M para recibir su nueva mision, tension sexual con Monypenny.
4.Bond va con Q a que le de sus artilugios y el auto nuevo.
5.Viaje a locacion exotica, conoce al malo en turno y a la Chica Bond en turno y/o al secuaz del malo.
6.Intento de asesinato hacia Bond
7.Bond habla con Felix Leiter que le da pistas que le ayudan y le recuerda que la CIA le apoya.
8.Encuentro romantico/sexual con la muchachona
9.Bond es capturado o se infiltra en la guarida del malo, este le cuenta su plan maligno.
10.Bond escapa usando los aparatitos de Q, pelea con el secuaz o chica mala,le gana (of course)
11.Bonda acaba con los planes del malo, por lo general haciendo explotar su base/arma letal y a el villano de paso.
12.Bond y la Chica se relajan despues de una sesion de sexo y algun ocurrente comentario de James..los creditos finales nos recuerdan: "James Bond regresara en..."
Asi es Bond, asi nos gusta ¿Quioubo?
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