domingo, enero 24, 2010

EXORCISMOS CERCANOS DEL TERCER TIPO: The Fourth Kind



EL CUARTO CONTACTO (The fourth kind, 2009)
Dir. Olatunde Osunsanmi
Guión e historia: Olatunde Osunsanmi

Sinopsis:
La Dra. Abbey Tyler (Milla Jovovich), una psicóloga, cuyo marido fue asesinado a cuchilladas frente a ella y en su propio hogar, después de dos años del deceso continúa atendiendo a unos pacientes de su marido – también psicólogo – que sufren unas extrañas crisis de ansiedad. Con sorpresa descubre que su grupo de pacientes comparten ciertas sintomatologías entre las que destaca la visión de un extraño búho que los asecha por las ventanas de sus cuartos en la noche, además de una extraña clase de amnesia que no pueden explicar.

Para intentar indagar más en todo aquello, la Dra. Tyler aplica el proceso de hipnosis a uno de sus pacientes, con la idea de destrabar aquellos recuerdos reprimidos en su mente. La reacción del hombre frente a aquellos recuerdos es de terror puro. Sin haber podido obtener en claro que ocurre con su paciente, la Dra. Tyler lo deja partir y en la noche recibe una llamada de emergencia: el hombre se encuentra verdaderamente enloquecido y amenaza con matar a toda su familia. Cuando la Dra. Tyler llega es testigo de la locura que comete su paciente al ultimar a su esposa y a su hija. En medio de aquel caos, el hombre alega que no permitirá que lo que le ocurre a él ocurra con su familia. Sin explicar más, acaba volándose la tapa de los sesos frente a la policía y la propia doctora.

La policía indaga con la doctora sobre los métodos que se encontraba usando para tratar al paciente y surge la duda sobre si la sesión de hipnosis no fue el gatillo disparador para esta horrible tragedia, tras lo cual la doctora está señalada como una de las principales sospechosas del suceso.

Con aquel evento fresco en su cabeza, el del asesinato de su marido y problemas familiares con sus dos pequeños hijos, la doctora continua analizando el caso de los dos últimos pacientes con la misma sintomatología. Uno de ellos, conocedor de lo que ocurrió con el paciente enloquecido y aterrado con la posibilidad de que algo así pueda sucederle a él, le pide a la doctora la oportunidad de ser hipnotizado y saber a qué se está enfrentando. La doctora cede y la sesión se hace con el apoyo de otro doctor en psicología (Elias Koteas) como testigo del proceso.

La sesión se graba en video y el grupo es testigo de la misma reacción de terror en este paciente. Sin nada en concreto ahora, la doctora se encuentra entonces con un suceso perturbador que la incluye a ella misma. En una grabación nocturna de su grabadora portátil donde ella misma se escucha desertando sobre la situación de los pacientes, se encuentra también grabada la llegada de algo o alguien a su cuarto. Ella se escucha gritar aterrorizada pero no recuerda nada del suceso. Finalmente, una extraña voz puede escucharse en la grabación. Algo parece decir pero en un extraño idioma que desconoce y que después, gracias a un famoso lingüista que la ayudará en el caso, descubrirá que se trata de sumerio, una lengua muerta de hace casi cuatro mil años atrás.

El escenario con sus pacientes irá empeorando, mientras el extraño fenómeno parece ir creciendo en fuerza a su alrededor y con ella misma como punto focal de la misteriosa situación. Ahora la doctora está convencida: algo o alguien que no es humano está secuestrando a gente de la apartada y escondida ciudad de Nome, Alaska con fines desconocidos y terribles.

Comentarios sobre la producción:

El cuarto contacto es de esos extraños híbridos entre ficción y documental que buscan con ello crear un refuerzo emocional en el espectador que de credibilidad a su historia.

Durante algún tiempo se ha venido dando la discusión sobre los límites entre el documental y la ficción y como se le puede llamar a estos híbridos, que manejan la estructura y las herramientas documentales (entrevistas, testimonios, material filmado de archivo, fotografías, etc.) pero que no son propiamente dicho ni un documental, ni un falso documental cuyo objetivo - por cierto - se centra en apelar a la credibilidad del público, haciendo uso, digamos “engañoso” de todo aquello que conforma a un documental como ocurre hasta cierto punto en The Blair Witch Project (Myrik – Sanchez, 1999).

District 9 (Neill Blomkamp, 2009) es un ejemplo de estos híbridos, donde el film comienza manejando un formato de documental sobre la llegada de un grupo de extraterrestres a Sudáfrica para irse deslizando después a la narrativa convencional de cualquier película de ficción sin un corte esencial que nos indique “de aquí a aquí es el documental, y de aquí a este otro punto, la ficción”. No les podemos llamar falsos documentales porque verdaderamente no lo son. Solo usan las herramientas del documental para fines de crear realismo.

Hay que entender antes algo. Existe la realidad y existe el realismo. Digamos que el objetivo de un documental es plasmar la realidad, o una faceta de ella (debemos tomar en cuenta que todo documental se encuentra impregnado siempre del punto de vista de su o sus creadores), mientras que un falso documental, lo que busca es crear realismo. Este realismo tiene intenciones explicitas de crear credibilidad en el público, para que su reacción sea similar o elabore los mismos procesos de análisis e interpretación que procesaría con un documental.

Así ocurre en el caso de la recientemente estrenada Paranormal Activity (Oren Peli, 2007), una ficción que ha sido filmada en su totalidad como si se tratara de material de archivo: las videograbaciones de una pareja que filma todo lo que les ocurre en una casa que parece estar habitada por una entidad paranormal. La película se exhibe bajo la promesa de estar viendo un hecho real, pero que final y realmente no lo es. Todo ha sido preparado para que lo parezca. De esta manera, bajan las “defensas de credibilidad del público” y lo hacen sentir testigos de un hecho que “sienten” real.

Usar el formato documental crea realismo porque inmediatamente asociamos a esta estructura fílmica con la realidad. De esto intenta asirse también El Cuarto Contacto.

Al principio mismo del filme, aparece la actriz Milla Jovovich y nos indica que lo que estamos por ver, es una dramatización basada en grabaciones documentales (de video y audio) de la experiencia vivida por la Dra. Abbey Tayler en sus sesiones de hipnosis con sus pacientes, y nos advierte que varias de ellas pueden resultar perturbadoras para los espectadores. La película, comenta, ha sido elaborada sobre las entrevistas (también videograbadas) que el director del filme, Olatunde Osunsanmi, ha realizado con la misma doctora Tayler.

De ahí en adelante veremos entonces mezclarse la “dramatización” con los videos “reales” de las sesiones con los pacientes y las entrevistas con la Dra. Tayler. La pantalla se divide en dos y en una de ellas vemos a la doctora real, comentando su experiencia y en la otra a Milla Jovovich dramatizando la misma situación. Sus voces se mezclan y confunden, como una manera de indicarnos el vínculo que ambas tendrán como persona y personificada mientras se desarrolla la trama de la película. Nos quiere indicar también que los actores representaran de la manera más fiel posible todo lo que se escucha en la documentación de audio del caso “real”. Por supuesto, las escenas más perturbadoras deberán ser las que están tomadas de la documentación real y que nos muestran unos sorprendentes casos de levitación en medio de las sesiones de hipnosis, unas extrañas posesiones de los pacientes en medio de estas mismas terapias y una grabación obtenida de la misma policía desde la cámara de una patrulla donde se puede percibir que algo extraño flota sobre la casa de la doctora, mientras escuchamos al policía testigo de todo aquello lanzar exclamaciones de terror y sorpresa.

Por supuesto, todo ello es falso y la mala dirección de la película hace que “la falsedad” detrás de aquella simulación de material de archivo sea obvia. Cuando la Dra. Tayler real aparece en pantalla, vemos la cara demacrada y escuchamos la voz queda y pasiva de una mujer que intenta parecer destruida por una situación límite, pero la actuación no cumple con el objetivo y se ve mecánica y artificial. Nadie piensa que es una mujer apabullada por una experiencia tremenda, sino simple y llanamente una mala actriz.

Un buen detalle es que el director aprovecha las obvias diferencias físicas entre la actriz Milla Jovovich y la Dra. Tayler “real” como una referencia directa a la experiencia que tiene el público sobre las dramatizaciones de hechos reales: los actores pocas veces se parecen físicamente a las personas que interpretan.

A final de cuentas tenemos una película que resulta ser la “dramatización” de otra ficción. Ficción sobre la ficción.

Interesante concepto, pero no lo suficiente para sostener la película que se vuelve muchas veces tediosa y otras veces molesta con el material de archivo que aparece confrontado con su parte dramatizada. La historia se desarrolla de forma lineal, es sumamente predecible y con elementos absurdos que no ayudan a la trama, sino que la cuestionan o que aparecen casi a la fuerza para hacer que la historia avance. Los intérpretes se encuentran en este filme bastante sobreactuados y el director desaprovecha los paisajes y el ambiente de la ciudad donde transcurre la experiencia – Nome, Alaska, un lugar aislado en los preciosos y muchas veces subyugantes paisajes del hemisferio norte - para crear atmósfera: casi todo el film transcurre en interiores que prescinden totalmente del ambiente externo. Y de hecho, el lugar que aparece en pantalla no es realmente Nome...

Finalmente acabamos con un producto cuya mezcla no cumple a ningún nivel: la historia es un desastre, las actuaciones son pésimas y nadie se cree los materiales de archivo de “la realidad”.

Sobre la idea:

El cuarto contacto hace referencia a una serie de puntos que el Dr. J. Allen Hynek estipuló como una manera de clasificar los encuentros OVNI y que van desde la observación cercana de un objeto hasta la comunicación con inteligencias no humanas (entre las cuales se encuentran los posibles ocupantes de una nave extraterrestre) y que Steven Spielberg había usado para nombrar su filme Encuentros Cercanos del Tercer Tipo (Close encounters of the third kind, 1979).

Mientras el tercer tipo se centra en la observación y el encuentro con los ocupantes del aparato o con inteligencias no humanas, el cuarto se centra en los casos de abducción, donde estas inteligencias raptan a los testigos para usarlos para sus determinados fines. La situación podría darse al revés, pero parece que todavía no se ha dado el caso, salvo que fuera cierta la leyenda de los extraterrestres capturados en el Área Militar 51, en los Estados Unidos.

Sin embargo, aunque la película parece sugerir esta premisa de raptos extraterrestres, el director intenta explorar otros aspectos y teorías que se manejan en la casuística ovni y que van un poco más allá que el sobado escenario de los extraterrestres secuestradores, abriendo las puertas a otras interpretaciones.

La película tiene obvias conexiones con dos películas base en la filmografía del cine del fenómeno ovni: Comunión (Communion, Philippe Mora, 1989) y Mensajero de la oscuridad (The Mothman Prophecies, Mark Pellington, 2002), ambas basadas en dos libros de gran éxito. El primero, Communion, está basado en las experiencias supuestamente reales del escritor Whitley Striber en su casa de campo de donde es frecuentemente sustraído por unos extraños seres que no se atreve a calificar directamente de extraterrestres y la segunda, The mothman prophecies, en los extraños casos que ocurrieron alrededor de 1966 en el pueblo y la región cercana a Point Pleasent, en Virginia del Oeste, Estados Unidos, donde las apariciones de una extraña criatura alada (conocido como “el hombre polilla”) comenzaron a aterrorizar a la población, terminando estas apariciones con una horrible tragedia en uno de los puentes de la localidad.

Ambas películas apuntan a una idea común: que tal vez el fenómeno sea de una naturaleza diferente a la que comúnmente pensamos que es. Esta naturaleza no queda del todo explicada en ambos filmes, pero se intuye un componente psíquico o tal vez psicológico en la ecuación de estos casos.

En El cuarto contacto, los pacientes narran la aparición de un búho en sus ventanas o cerca de sus hogares momentos antes de que aparezca la amnesia que los aflige. En la casuística ovni y en especial en los casos de abducción - no vamos a entrar en el problema de si los hechos son o no reales – es muy frecuente que se narre la experiencia de ver o soñar con ciertos animales cuyos ojos tienen la particularidad de ser muy grandes y negros, como los búhos o los venados. Los psicólogos mencionan este comportamiento (en casos que no tienen que ver en absoluto con nada relacionado al fenómeno ovni) como una especie de sustitución del objeto: al no poder el paciente enfrentarse a la memoria del objeto o persona que lo ha dañado, lo acaba sustituyendo por otro ente simbólico, el cual muchas veces acaba convirtiéndose también en centro de una fobia.

Sin embargo todo parece indicar que la imagen del búho en la película no se limita solo a ser un sustituto de los verdaderos entes que “secuestran” a la gente. Los seres alados son una constante simbólica en muchas mitologías del mundo, si no es que casi en todas, en especial con todo aquello que tiene que ver con el espíritu y el alma. Para la simbología cristiana, las alas tienen especial conexión con la luz - con rayos de luz que se irradian desde un punto -, y que representan el conocimiento espiritual.

En ciertas culturas, el búho es considerado un predador nocturno, por lo tanto, un ave de la oscuridad y de la muerte. El diccionario de los símbolos de J. E. Cirlot menciona lo siguiente:

“Buho. En el sistema jeroglífico egipcio, el búho simboliza la muerte, la noche, el frio y la pasividad. Esto lo hace pertenecer al reino del sol muerto, es decir, al lugar donde va el sol que ha descendido tras el horizonte y que se encuentra cruzando el lago o el mar de la oscuridad.” (Cirlot, 247)

Nada mejor que la pequeña ciudad de Nome, Alaska para servir de lugar simbólico a dónde va el sol cuando muere. Apartado del mundo, en un lugar donde la noche dura meses y el clima gélido es casi una constante, podemos encontrar que casi todo lo simbolizado en el búho se cumple: noche, frio y pasividad. Los aterrorizados pacientes de la Dra. Tayler tal vez no están tan equivocado en sustituir al o los entes que los secuestran en forma de esta ave.

Este es también otro punto que conecta a esta película con el film, Mensajero de la oscuridad, donde unos extraños sucesos, casi paranormales, se están dando en el poblado de Point Pleasent y lugares circunvecinos. Una extraña criatura humanoide, provista de grandes alas que le permiten elevarse en las sombras de la noche, hace su aparición frente a diferentes testigos y en diferentes partes. Lo más perturbador de la criatura son, sin embargo, sus ojos; ojos de un rojo intenso de los cuales no se podía apartar la vista. También son los ojos los elementos más destacados en la imagen que adorna la portada del libro de Whitley Strieber, Communion. El rostro mostrado es el típico de los más recientes encuentros con extraterrestres: ojos negros, grandes y de forma almendrada, boca pequeñas y casi sin labios, y una nariz fina y diminuta que casi no parece resaltar de la cara.

El mothman y la imagen del búho parecerían no tener relación directa: mientras los segundos son emisarios de una abducción, el primero parece ser emisario de una catástrofe. Sin embargo, en ambas películas se juega con la idea de que ambos pueden ser emisarios simbólicos de algo que esta gestándose, de un plan a mayor escala de la cual no hay conocimiento. Son tal vez la puerta de entrada para una especie de criaturas, habitantes intermedios entre el mundo de la materia y el mundo de la mente, que encuentran en estas formas un puente para manifestarse en nuestra realidad.

Bajo este razonamiento se sostiene y la película lo expone, aunque nunca de manera clara, que hay una relación entre los fenómenos que llamamos paranormales y el fenómeno ovni. Dioses, ángeles y demonios parecen no estar muy alejados de las experiencias ovni en tanto que ambas pueden ser manifestaciones de otra clase de existencia que realmente no es extraterrestre, pero que depende de nuestros contenidos culturales y de nuestros mismos mitos para revelarse ante nosotros. En El cuarto contacto, la Dra. Tayler es testigo de un fenómeno que se acerca más a los casos de exorcismos que a los casos de abducciones extraterrestres: uno de los pacientes levita en su cama y su boca es usada para que otra conciencia se manifieste a través de ella, una criatura que habla en sumerio y se autoproclama dios.

La cultura sumeria cuenta entre sus divinidades con lo que podemos llamar los antecedentes de los ángeles y que después serán considerados por el zoroastrismo y el judaísmo como espíritus caídos, seres invadidos por la lujuria, esclavos de sus deseos ante las hijas de los hombres, que bajan a la tierra para tener sexo con las criaturas humanas.

En la película Comunión, somos testigos del rapto del personaje principal por un grupo de extraños invasores de alcoba, más similares a duendes que a la imagen que tenemos del extraterrestre común, y su posterior traslado a un lugar no identificado donde es sometido a una serie de pruebas, entre las cuales se cuentan algunas de índole sexual bastante bochornosas. Estas criaturas nunca son identificadas en la película como seres de otros planetas y el mismo escritor nos deja la puerta abierta a que se traten de manifestaciones de esa “otra situación” que trasciende la idea del mero alienígena. Tal vez de algo que se aprovecha de estas imágenes culturales en nuestras mentes para poner pie en nuestro mundo.

La película parece apuntar pues, a que lo que está ocurriendo tiene poco que ver con criaturas del espacio. En una parte del filme, la misma doctora es secuestrada por estas entidades que jamás pueden verse claramente. Son como siluetas fantasmales, tan borrosas y rápidas que no es posible registrar. ¿Extraterrestres o demonios? La doctora no puede contestar la pregunta pero a su memoria llegan las imágenes de unas extrañas maquinas que insertan algo en su hombro.

Finalmente, las mismas criaturas acaban secuestrando a su hija en una escena que nos es solamente sugerida por la visión desde una cámara colocada en una patrulla. Una extraña luz, de la cual no vemos su origen, aparece sobre la casa de la doctora y un patrullero es testigo del fenómeno. Cuando llegan los refuerzos, la luz se ha ido y la doctora a perdido a su hija.

El final del film intenta reforzar la idea de una especie de locura histérica en la doctora, como una forma de hacer dudar al público sobre la estabilidad mental de la misma. ¿Fue cierto o todo fue un engaño de la propia mente de la psicóloga? La realidad es que en el público jamás se hará patente esta idea porque se supone que las pruebas documentales muestran que la mujer no está loca y que varios fenómenos extraños, ocurrieron.

Vean esta interesante investigación en MARCIANITOS VERDES